Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://neilgabm557554.bloguerosa.com/37333834/lo-que-dijo-zidane-sobre-el-cabezazo-a-materazzi